Me invitaron los chicos de El Sueño de Elena a tocar con ellos el sábado pasado en un concierto con motivo de la boda de una amiga suya. A las 12pm comenzamos a montar el escenario y acabamos la prueba de sonido a las 16:30. Ya sólo tuvimos que esperar a las 2am para tocar. El concierto fué escueto (9 temas) y, aunque no habíamos ensayado cuanto deberíamos, si le juntamos la despreocupación de que casi todo el mundo estaba borracho los gambazos (que los hubo) no tuvieron importancia a pesar de ser una filosofía que no me gusta y una falta de respeto para con el público.
En cualquier caso me lo pasé bien principalmente chocando con Ezequiel y empujándolo para adelante en sus solos.
Respecto al equipo, nos pusieron un equipo de gran calidad y mucho más caro, con una mesa digital digico05 de un valor aproximado de 20 kilos de las antiguas pesetas. Los amplificadores de los PAs unos Crown y crossover de 8 canales. La batería microfoneada con shures y unos Neumann para los overheads. En los amplis de guitarra teníamos unos senheiser y los bajos fueron por línea a una caja de inyección pasiva. Los monitores (unos jbl autoamplificados) tenían potencia suficiente por ellos mismos como para haber sonorizado el evento.
Al final acabamos de tocar alrededor de las 3 y casi a las 5 ya habíamos guardado todo el equipo.
De esa noche me queda el recuerdo de haber conocido a un tipo muy majo (Armando, quien trajo el equipo de escenario y nos hizo de técnico de sonido), el haber tocado con Ezequiel divirtiéndonos, empujándonos y zarandeando las cuerdas del otro de vez en cuando. Ni siquiera tengo el recuerdo de haber tenido nervios de tocar en directo. Pero, sobre todo, me queda el recuerdo de haberme quemado todo el cuello con el sol de las casi 5 horas que estuvimos montando el escenario el sábado al sol... aunque este recuerdo se me olvidará pronto (espero).
En cualquier caso me lo pasé bien principalmente chocando con Ezequiel y empujándolo para adelante en sus solos.
Respecto al equipo, nos pusieron un equipo de gran calidad y mucho más caro, con una mesa digital digico05 de un valor aproximado de 20 kilos de las antiguas pesetas. Los amplificadores de los PAs unos Crown y crossover de 8 canales. La batería microfoneada con shures y unos Neumann para los overheads. En los amplis de guitarra teníamos unos senheiser y los bajos fueron por línea a una caja de inyección pasiva. Los monitores (unos jbl autoamplificados) tenían potencia suficiente por ellos mismos como para haber sonorizado el evento.
Al final acabamos de tocar alrededor de las 3 y casi a las 5 ya habíamos guardado todo el equipo.
De esa noche me queda el recuerdo de haber conocido a un tipo muy majo (Armando, quien trajo el equipo de escenario y nos hizo de técnico de sonido), el haber tocado con Ezequiel divirtiéndonos, empujándonos y zarandeando las cuerdas del otro de vez en cuando. Ni siquiera tengo el recuerdo de haber tenido nervios de tocar en directo. Pero, sobre todo, me queda el recuerdo de haberme quemado todo el cuello con el sol de las casi 5 horas que estuvimos montando el escenario el sábado al sol... aunque este recuerdo se me olvidará pronto (espero).
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