Ya en un blog anterior (Semana de despedidas) comentaba mi "oxidación" respecto a componer y mi falta de ideas. Crear ideas es un atributo que se debe ejercitar como si de un músculo se tratase. Creo que a nadie se le ocurre sentarse delante de un papel en blanco a esperar que le llegue la inspiración. Si lo hay, mi más sincera enhorabuena por su paciencia.
Me he decidido a explorar nuevas formas de forzar la inspiración y las ideas. El otro día encontré un tipo que daba varios métodos para conseguir esa "idea nueva". A ver qué tal funcionan.
No me siento especial al sentarme con el bajo colgado y ¡¡¡siempre tocar los mismos patrones!!! ¡¡¡las mismas líneas!!! Mi mano siempre hace lo que ya sabe hacer, y enseñarle cosas nuevas es dificil. ¿Y a quién no le pasa?
Éste método consiste en cambiar la afinación de una cuerda (o más después). Se debe cambiar la afinación semitonos enteros (en nuestro ejemplo la 1ª cuerda del bajo de G a F), es decir, nada de un cuarto de tono, ya que luego no nos servirá sino. Probamos el mísmo patrón de la mano izquierda con la nueva afinación. Así, donde antes tocábamos una nota (imaginemos C 1ª cuerda 5º traste) ahora tocaremos medio tono o un tono más -o menos- (Bb 1ª cuerda 5ª traste).
Aviso: si subes mucho la afinación puedes partir la cuerda.
Cuando encontremos una línea, riff o lo que sea que nos guste, lo que haremos será "apuntarnos" el patrón (las nuevas notas) y volver a la afinación estandar. Entonces tocamos la nueva composición, lo que hará que forcemos nuestra mano a tocar "un nuevo patrón", nuevas posiciones, y sacarla de los que ya sabe.
Debemos cambiar para tener ideas nuevas. Ver siempre el mismo poster delante de la misma mesa desde encima de la misma silla nos aburre. Nos aburre queramos o no. Debemos probar a salir y tocar en el parque, o tocar en el baño, las escaleras... cualquier sitio que se nos ocurra. Hay que cambiar la rutina para que nos surjan ideas nuevas, y esto no sólo para componer como tal, sino que también sería aplicable al local de ensayo. Siempre la misma pared forrada igual, los amplis en los mismos sitios (cambiar de ampli ya es más caro). Variar hace que no nos aburramos del mismo sitio y motive tener nuevas ideas.
Nota para el cachondo mental y/o el suicida: Si se te ocurre tocar mientras conduces es bajo tu propia responsabilidad.
Hace mucho tiempo que tenía claro que hay una canción para cada momento, y momento a momento y canción a canción tenemos una banda sonora para la película de nuestra vida.
Últimamente, y debido a las carcajadas de Silvia, hay momentos en que bajamos el volumen del televisor y doblo lo que estemos viendo "al vuelo", incluido los pasos los coches...
El tercer método consiste en combinar estas dos cosas: bajar el volumen con el instrumento en tu mano e intentar poner banda sonora a lo que estés viendo. Y yo iría un paso más allá: intenta "simular" los ruidos, los pasos (golpecillos sobre las pastillas), un cofre al abrirse (una púa al arrastrarla por la cuerda con distorsión)... Estos son los que se me han ocurrido... Prueba tu mismo. Al fín y al cabo es tu banda sonora, ¿no?
Una versión más "retorcida" es poner banda sonora a un libro. Lees un libro y tocas lo que te parece que expresa... también valen comics o (esto si que es gore) una revista del corazón. ¿Quién no ha compuesto alguna vez sobre algo que le dé asco? La prensa rosa te ayudará a motivarte.
Sea cual sea tu método, siempre siempre ¡¡¡SIEMPRE!!! graba lo que estés tocando. Nunca sabes cuando algo que toques va a ser el riff de tu vida.
"Me aburro escuchando mis propias canciones"
Barbra Streisand
No me extraña.
Me he decidido a explorar nuevas formas de forzar la inspiración y las ideas. El otro día encontré un tipo que daba varios métodos para conseguir esa "idea nueva". A ver qué tal funcionan.
Método número 1: la variación
No me siento especial al sentarme con el bajo colgado y ¡¡¡siempre tocar los mismos patrones!!! ¡¡¡las mismas líneas!!! Mi mano siempre hace lo que ya sabe hacer, y enseñarle cosas nuevas es dificil. ¿Y a quién no le pasa?
Éste método consiste en cambiar la afinación de una cuerda (o más después). Se debe cambiar la afinación semitonos enteros (en nuestro ejemplo la 1ª cuerda del bajo de G a F), es decir, nada de un cuarto de tono, ya que luego no nos servirá sino. Probamos el mísmo patrón de la mano izquierda con la nueva afinación. Así, donde antes tocábamos una nota (imaginemos C 1ª cuerda 5º traste) ahora tocaremos medio tono o un tono más -o menos- (Bb 1ª cuerda 5ª traste).
Aviso: si subes mucho la afinación puedes partir la cuerda.
Cuando encontremos una línea, riff o lo que sea que nos guste, lo que haremos será "apuntarnos" el patrón (las nuevas notas) y volver a la afinación estandar. Entonces tocamos la nueva composición, lo que hará que forcemos nuestra mano a tocar "un nuevo patrón", nuevas posiciones, y sacarla de los que ya sabe.
Método número 2: el lugar de trabajo
Debemos cambiar para tener ideas nuevas. Ver siempre el mismo poster delante de la misma mesa desde encima de la misma silla nos aburre. Nos aburre queramos o no. Debemos probar a salir y tocar en el parque, o tocar en el baño, las escaleras... cualquier sitio que se nos ocurra. Hay que cambiar la rutina para que nos surjan ideas nuevas, y esto no sólo para componer como tal, sino que también sería aplicable al local de ensayo. Siempre la misma pared forrada igual, los amplis en los mismos sitios (cambiar de ampli ya es más caro). Variar hace que no nos aburramos del mismo sitio y motive tener nuevas ideas.
Nota para el cachondo mental y/o el suicida: Si se te ocurre tocar mientras conduces es bajo tu propia responsabilidad.
Método número 3: la banda sonora
Hace mucho tiempo que tenía claro que hay una canción para cada momento, y momento a momento y canción a canción tenemos una banda sonora para la película de nuestra vida.
Últimamente, y debido a las carcajadas de Silvia, hay momentos en que bajamos el volumen del televisor y doblo lo que estemos viendo "al vuelo", incluido los pasos los coches...
El tercer método consiste en combinar estas dos cosas: bajar el volumen con el instrumento en tu mano e intentar poner banda sonora a lo que estés viendo. Y yo iría un paso más allá: intenta "simular" los ruidos, los pasos (golpecillos sobre las pastillas), un cofre al abrirse (una púa al arrastrarla por la cuerda con distorsión)... Estos son los que se me han ocurrido... Prueba tu mismo. Al fín y al cabo es tu banda sonora, ¿no?
Una versión más "retorcida" es poner banda sonora a un libro. Lees un libro y tocas lo que te parece que expresa... también valen comics o (esto si que es gore) una revista del corazón. ¿Quién no ha compuesto alguna vez sobre algo que le dé asco? La prensa rosa te ayudará a motivarte.
Moraleja: lo más importante
Sea cual sea tu método, siempre siempre ¡¡¡SIEMPRE!!! graba lo que estés tocando. Nunca sabes cuando algo que toques va a ser el riff de tu vida.
"Me aburro escuchando mis propias canciones"
Barbra Streisand
No me extraña.